miércoles, 27 de junio de 2012


¿China potencia?, Meh...

El modelo actual de producción e intercambio de bienes está a días de morir. La impresión 3D va a cambiar la vida más aún que la máquina de vapor, el fuego o, inclusive, la invención del transistor. Imaginen un mundo donde la producción de cualquier pieza se haga en el lugar que se va a utilizar, no importa el material, no importa el diseño.

Las impresoras 3D son un hecho. La tecnología de impresión en tres dimensiones, que permite producir cualquier pieza en los materiales más variados no sólo ya están en el mercado, sino que hay instructivos de código abierto que permiten armar la impresora en casa con piezas que se pueden comprar en cualquier casa de electrónica (http://www.fabathome.org/?q=node/1). Sólo hace falta el plano digital de la pieza a construir, el material básico (plástico, vidrio, madera, concreto, metal, etc.) y apretar el botón “Imprimir”. Luego de un par de horas tendrán la pieza hecha, fresca, recién salida del horno, para ser usada.

Hoy existen impresoras 3D con resoluciones de hasta 10 micrones (una décima de milímetro), que pueden fabricar desde las piezas más pequeñas que podamos usar en la vida diaria hasta paredes de edificios. Es factible (y hay empresas que lo están tratando de poner en el mercado) imprimir casa, imprimir piezas de autos, piezas de arte, souvenires y hasta órganos humanos.

La popularización de esta tecnología va a llevar, sin lugar a dudas, a una nueva revolución industrial. Será suficiente con poner impresoras 3D cerca de los centros de consumo y sólo mandar los planos para que la pieza se haga realidad.

Las fábricas como las conocemos desaparecerán. El trabajo esclavo, muy competitivo hoy en día, quedará demodé. Quién quiere un esclavo si las impresoras son multipropósito (fabrican cualquier pieza), trabajan todo el día sin cansarse, y su costo es mínimo. China, la actual fábrica del mundo, deberá dedicarse a otra cosa. ¿Para qué voy a producir un juguete en China si lo puedo imprimir a la vuelta de mi casa?

Esto tendrá consecuencias severas para varias industrias. La producción de bienes en general es obvia. Pero también morirá el negocio de la logística. ¿Grandes barcos llenos de containers moviendo bienes de una punta del mundo a la otra, gastando combustible y generando un enorme impacto ambiental? Eso es tan siglo XX...

Otra cuestión importante que se avecina con esta tecnología es el tiro de gracia al copy-right. Ahora no sólo podremos piratear música, video y software. Podremos piratear cualquier diseño que se nos venga en mente. La red se plagará de torrents con planos para construir cosas.

Hasta acá los cambios positivos. Pero no todo es color de rosas. ¿Qué pasa si imprimimos una pistola Glock magnum .45 en la impresora de casa? Lo más llamativo es que ya lo probaron y funcionó perfectamente. ¿Qué pasa si imprimimos una pieza para arreglar el auto, se rompe y provoca un accidente? Está claro que hay un vacío legal al respecto y, como siempre, los abogados llegarán tarde para legislarlo.

Esta tecnología cambiará el mundo. Se deberá diseñar un nuevo modelo de intercambio de bienes a nivel mundial. No habrá más exportación/importación de bienes con valor agregado. Se intercambiaran planos en el mejor de los casos, si es que se respetan los copy-rights. Sin embargo esto es poco probable. Mi predicción, jugando a hacer un poco de futurología, es que el único intercambio, por ahora, será de materiales de producción para alimentar las impresoras – plástico, vidrio, madera, concreto, etc-. Y, enfatizo el “por ahora”, porque jugando un poco con nanotecnología, también se podrá imprimir el material crudo.

El hecho es que la tecnología no para. Chau China, chau empresas de logística, chau producción en masa. La próxima era, es la era de la impresora 3D.

AR

lunes, 25 de junio de 2012


Consciencia robótica en 3, 2, 1...


La pregunta disparadora es ¿podremos construir una inteligencia sintética que sea cociente de sí misma? Y si lo hacemos, ¿qué deberíamos tener en cuenta? Al tratar de resolver la primera pregunta se disparan otro sinfín de interrogantes. Entre ellos, ¿somos nosotros conscientes de nosotros mismos? ¿qué es la conciencia después de todo? ¿un animal es consciente? ¿Cómo probamos la conciencia de otros si no podemos probar la propia?

Uno de los postulados de Dan Barry, experto en robótica (entre otras cosas), actualizó el “pienso, luego existo” de Descartes por “Me muevo, luego existo”. Él dice que la consciencia tiene que ver con el movimiento. Los organismos que tiene cerebro, no importa el tamaño del mismo, se mueven. A partir de ello surge que el robot con conciencia de sí mismo debería moverse. Esto es un concepto fuerte, pues en el campo de la inteligencia artificial la idea de crear organismos sintéticos que puedan moverse no es muy bien vista.

El segundo punto es la respuesta emocional. No hay demasiada controversia al afirmar que los organismos con conciencia de sí mismos tienen aunque sea un mínimo de conciencia emocional. Esto es, de alguna manera puede distinguir qué es bueno o malo para sí mismo e, inclusive, si escalamos un poco en la pirámide evolutiva, puede entender qué es bueno/malo para otro ser vivo. Basta con pensar en un perro que ataca al agresor de su dueño. Es decir, entiende que alguien está agrediendo a un tercero que, por algún motivo, tiene que cuidar.

Entonces, por ahora, podemos decir que para lograr la tan buscada “conciencia de sí mismo” sintética hay dos condiciones necesarias: movimiento y emociones. ¿Qué tan lejos estamos de ello?

La rapidez con la que está evolucionando el campo de la inteligencia artificial y la robótica es asombrosa. Hoy se pueden comprar legos para hacer robots por menos de cincuenta dólares y empezar a programar cuestiones básicas. Esto está lejos de lo que postulamos, pero es un buen comienzo. Si ponemos más herramientas en más manos, seguro vamos a acelerar la innovación.

Por otro lado, se ve el avance en los laboratorios, hay robots que imitan peces, aves, chitas, mulas, y otro sinfín de animales. Estos todavía se programan de una manera declarativa, es decir, se les da una serie de instrucciones posibles para que reaccionen ante acciones dadas. No tienen libre albedrío, cosa que a ciencia cierta no sabemos si los animales tienen.

Deberíamos preguntarnos los límites éticos de la robótica y su impacto en dos campos: el militar y el de vigilancia. Crecimos viendo Terminator, pasó el 21 de abril de 2011 sin novedad, pero hoy sabemos que Skynet será perfectamente posible en el futuro próximo, más si tenemos en cuenta que el mayor financista en temas de robótica es el DoD.

domingo, 24 de junio de 2012


Intro a la Singularidad (o qué estoy haciendo acá?)


Después de una semana de tratar de procesar la información que van tirando, voy entendiendo un poco más sobre la idea de la singularidad y la acción de las tecnologías exponenciales sobre la humanidad. En esta primera entrada voy a tratar de resumir, a grandes rasgos, la idea genérica de todo.

Cuando pensamos en tecnología se nos viene a la cabeza una computadora. Ok, eso es tecnología y explica bastante la idea “exponencial”, pero no es todo. Así que vamos a empezar por el principio. En realidad, para entender la singularidad hay que remontarse un poco a otros tiempos. Si analizamos cómo las distintas tecnologías fueron surgiendo y las consecuencias que fueron generando, veremos que inventos disruptivos (aquellos que rompen la concepción del mundo como lo conocemos) se suceden cada vez con más frecuencia. No hablo del último siglo, hablo de la historia de la humanidad. La rueda, el fuego, la prensa, la máquina de vapor, la locomotora, el auto, el avión, la balística, la válvula, el transistor y así podemos seguir por un rato largo. Viendo la sucesión temporal en la que estos eventos se suceden, nos vamos a dar cuenta de dos cosas: los tiempos entre eventos son cada vez más cortos, y el impacto (en términos evolutivos) cada vez mayores. Bueno, eso es, básicamente, un crecimiento exponencial.

Ahora que entendimos (?) de qué se trata lo exponencial, vamos a ver de qué se trata la singularidad. La singularidad, y esto ya es más filosófico, es básicamente el momento donde el humano se trasciende a sí mismo. Según Ray Kurzweil, uno de los gurúes de la singularidad, cofundador de Singularity University, y con quién tuve el gusto de hablar, la define como el momento en que los cambios tecnológicos se suceden tan rápido y son de impacto tan profundo que la humanidad como concepto se transforma de manera irreversible. En otras palabras, es el momento en el que la tecnología nos trasciende y, según Ray, se pone a nuestro servicio.

Vayamos a algo un poco más técnico que dé soporte a la idea. Los que estudiamos informática y electrónica seguro oímos hablar en algún momento sobre la ley de Moore. Moore era un ingeniero electrónico que postuló que la cantidad de transistores por unidad de superficie se duplica cada 18 meses. Considerando que se puede tomar (casi) como cierto que la cantidad de transistores es directamente proporcional a la capacidad de procesamiento, podemos decir, sin pifiar demasiado, que la capacidad de procesamiento también se duplica cada 18 meses.

Ahora, qué implicacia tiene eso? Primero, que el crecimiento de la capacidad computacional es exponencial. Un pequeño paréntesis para tener idea de qué hablamos, si ponemos en una jarra durante 30 días el doble de monedas que pusimos el día anterior, empezando por 1 moneda el día 1, al final del mes tendremos 1.073.741.824 de monedas. Es decir, que si empezamos con una capacidad X con la primera computadora en los años 60's, y duplicamos su poder cada 1.5 años, se podría asegurar (y se puede probar) que una computadora actual es 1.099.511.627.776 veces mayor que en aquellos tiempos.

Ahora que los convencí que esto crece rápido y mucho, vamos a la segunda parte. El poder de cálculo de las computadoras es proporcional a la complejidad de problemas que puede resolver. Entonces, podemos afirmar que ahora podemos resolver problema un billón (billón español) de veces más complejo. Sin embargo, para que una computadora pueda resolver un problema, el problema se debe poder describir con información, cosa que no siempre es tan fácil.

Resumiendo, tenemos dos cosas: tecnologías de aceleración (exponenciales) y la singularidad. Las tecnologías de aceleración facilitan la evolución humana, esto es un hecho. La singularidad es un concepto filosófico que quizás alcancemos o quizás no, pero nos marca un rumbo.

Se entendió? Espero que sí... En las próximas entradas iré sobre conceptos específicos en las áreas que más me interesan: seguridad, computación, redes, nanotecnología, inteligencia artificial, robótica, emprendedurismo, entre otras.

AR