martes, 31 de julio de 2012

El futuro de la seguridad

(Resumen de la clase dada por Marc Goodman en Singularity University)

"Control the Code, Control de World" 
Marc Goodman

Cuando se habla de seguridad en el futuro lo primero que viene en mente es la seguridad informática. Sin embargo existen un lista amplia y diversa sobre crímenes que se vienen con el avance de la tecnología que no están vinculados solamente con la computación o que usan la computadora como herramienta y no como fin.

En el año 2011 el crimen organizado movió 2 trillones de dólares (eso es 2 seguidos de 12 ceros), lo que representó un total porcentual del 15% del producto bruto mundial. Cada 100 dólares comercializados en el mundo, 15 fueron gastados en operaciones ilegales. Semejante mercado hace que crear nuevas aplicaciones sea demasiado tentador.

Los crímenes más obvios son los relacionados con la información. Cuando le preguntaron a Willie Sutton por qué robaba bancos dijo “Porque ahí está la plata”. Hoy la plata está en la información. Perfiles, cuentas de banco, tarjetas de crédito, gustos, propiedades, etc. Información que después es comercializada. Un buen ejemplo de esto es el hackeo que sufrió Xbox, donde robaron 10 millones de números de tarjetas de crédito. Lo mejor es que el mercado de tarjetas robadas respondió elásticamente y bajó considerablemente el precio de este “bien”.

Moviéndonos un poco de mercado de la información, está el mercado de la computadora como herramienta social para el crimen. En los últimos dos o tres años se comenzó con el concepto de Crime as a Service (CaaS). Para los que estamos en informática el concepto de Software as a Services (SaaS) nos suena conocido. SaaS es cuando se hacen distintos programas orientados a resolver problemas específicos que luego se pueden combinar para resolver problemas más complejos. Bueno, se pone el mismo concepto en CaaS. Existen organizaciones criminales que venden servicios, como envío de spam, denegación de servicio, robo de claves, robo de identidad, entre otros. No sólo eso, sino que se encontró una organización de estas que tenía un 0800 de soporte telefónico para el crimen y ofrecía Acuerdos de Nivel de Servicio (SLAs) para asegurar la calidad de su criminalidad. Se pueden encontrar también desde aplicaciones sociales como mapas para comprar distintos tipos de droga hasta sitios web que ofrecen sicarios (hitmanforhire.net), pasando por sitios que hacen inteligencia sobre redes sociales y, por ejemplo, detectan cuándo te vas de vacaciones y marcan tu casa para robar (robme.com).



En el mundo físico, podemos ver el impacto de los drones en el mundo criminal. Hoy por un par de cientos de dólares tenemos un cuadricóptero con un par de kilómetros de autonómica. Es más, si uno googlea "Drone DIY" encontrará un sinfín de planos de como armar uno en su casa sin siquiera tener que comprarlo. Esta herramienta fácilmente salta cercos y puede pasar, por ejemplo, drogas y armas dentro de cárceles. Otra linda aplicación de estas herramientas es cargarlos de antenas y bloquear o extender redes celulares privadas para dar infraestructura de comunicación segura con fines non sanctos.

Esto, de todos modos, no es nada al lado de la idea de hackear autos a través de torrents. Todos hemos bajado mp3 de algún torrent. Imaginen que el torrent está infectado y lo copiamos a un CD y lo ponemos en el estéreo del auto. Ahora imaginemos que es mp3 ejecuta una sentencia que modifica los parámetros del airbag o del ABS. Bueno, esto ya existe. (Mi teoría es que las discográficas lo están distribuyendo, para agregar más conspiranoia al asunto)

¿Sorprendidos? ¿No? Probemos con crímenes biológicos. ¿Qué puede pasar si nuestro ADN cae en las manos incorrectas? Imaginen que están sentados en un bar tomando un café y al levantarse pasa uno de los amigos criminales y se roba la taza obteniendo nuestra secuencia genética. Este buen hombre vende nuestra secuencia al crimen organizado de nuestra ciudad quien, a su vez, asesina a alguien y planta nuestro ADN por toda la escena del crimen. Con la legislación de hoy, ¿qué probabilidad tenemos de quedar libres con semejante prueba?

Ahora supongamos que alguna persona no los quiere mucho y nos roba de alguna manera su secuencia genética. Y supongamos que implanta su secuencia en un óvulo de una mujer. Y que esta lo obliga a asumir la paternidad o, peor, lo acusa de violación. Este tipo de escenarios se están planteando hoy en día como muy posibles en campañas políticas o campañas contra gente famosa. Imagínense si un candidato a presidente tiene este problema o si un actor famoso es acosado por alguna loca y se hace hacer una criatura a partir de una taza de café…

Bueno, estimados, vayan armando sus gorros de papel aluminio y encerrándose en sus sótanos. Todo esto es realidad hoy.

Más que interesante, para los que quieren escuchar el TED Talk the Marc, les dejo el link

viernes, 27 de julio de 2012

Hasta el infinito y más allá.

"Now it's time to live the capsule, if you dare!."
David Bowie, Space Odity

En los últimos tiempos se frenó considerablemente la inversión en la exploración del espacio. Parece que una vez que los norteamericanos les ganaron a los rusos en su carrera por la Luna, se perdió todo interés en las ciencias espaciales. Se siguieron mandando algunas misiones, poniendo humanos en órbita, pero la tecnología no evolucionó demasiado desde aquellas épocas.
El espacio pasó a ser relacionado con satélites de comunicaciones o telescopios de alta definición para fines científicos, con el sólo objetivo del conocimiento, sin mayor aplicación real.
Se podría decir que el proyecto de la Estación Espacial Internacional (ISS) es un gran proyecto, pero, a pesar de haber logrado casi doce años consecutivos e ininterrumpidos de presencia humana fuera de la tierra, no deja de ser con el fin del conocimiento. No se entiende muy bien qué están haciendo ahí.

Indagando un poco a los expertos en el tema exploración espacial, se surgen un par de aplicaciones que quizás no son tan inmediatas para los que tenemos los pies en la Tierra y no hemos estado más allá de los 10.000 mts de altura alguna vez en algún avión.

Si hacemos un ranking de las posibles funciones del humano fuera de la Tierra, creo que gana la idea de una colonia extraterrestre con dos fines: expandir el espacio “vivible” o escapar de un planeta que está por colapsar. Los optimistas piensan que el lugar en la Tierra se está acabando y que no sería descabellado pensar Marte como el sexto continente habitable, por ejemplo. Los pesimistas, por otro lado, condenan que la Tierra va a colapsar bajo un montón de smog, basura y calentamiento global y que Marte no será el sexto continente sino será el planeta donde nos deberemos apilar todos para empezar de nuevo.

En este camino, uno de los esfuerzos más importantes los está llevando adelante DARPA, y es el 100 years starship que tiene como objetivo construir un sistema de viaje interestelar para colonizar el espacio en los próximos 100 años. Este proyecto está coordinado por la agencia de gobierno pero se apoya sobre privados y fundaciones que trabajan en conjunto.

Otras visiones menos apocalípticas (también, quizás, más aburridas) hablan de ir a otros planetas o satélites a explotar recursos. El inmediato es el agua. Sabemos que en la Luna y que en Marte hay agua, en estado sólido, pero agua al fin. Algunos laboratorios piensan en extraer el agua fresca de esos lugares y quizás solucionar escasez acá. También, muchos esfuerzos se están poniendo en tecnologías para minar asteroides. Extraer recursos minerales de los asteroides sería una tarea limpia, no afectaría ningún ambiente y traería riqueza y nuevos materiales a la Tierra.

Una opción que no es para descartar, y que es una de las más originales que escuché, es poblar planetas por temas médicos. Imaginemos que una persona tiene dificultades para moverse, algún mal en sus músculos o en sus huesos. Claramente la gravedad le juega una mala pasada, ¿qué pasa si se va a vivir a la Luna, donde su peso sería del 17% de su peso en la Tierra?

Establecer comunicación con otra raza extraterrestre una vez que se haya concretado la comunicación electromagenética, vía radio (ver el post anterior sobre vida ET) es otro motivo fuerte para mover humanos hacia otros sistemas planetarios. Sin embargo, la mayoría concuerda que al menos al principio, esto se hará utilizando telepresencia. Esperemos que para esa época Skype ande y que la no se pierda la mitad de la comunicación diciendo “¿me escuchás?” o “¿seguís conectado?”.

Para cerrar, no puedo evitar dejar la historia del Major Tom. 

lunes, 23 de julio de 2012

Fallar y volver a intentar

"Ever try ever fail. Try again. Fail again. Fail better". Samuel Beckett
La tecnología por sí sola no hace nada. Hay que implementarla en un contexto de negocio que sea sostenible y viable. Sea para el fin que sea, la pata de negocios es fundamental. Los tecnólogos en general se olvidan o reducen este punto que es, a fin de cuentas, el que ocasiona la mayor cantidad de problemas.

El saber popular, que no es tal, dice que no hay un método para hacer empresas exitosas. Eric Ries, no está de acuerdo con ello y propone unas cuantas herramientas para transformar al emprendedurismo en una ciencia.

La prueba y error no deja de ser un camino para el método científico clásico. Ries propone fallar rápido y fallar mucho. Uno de sus puntos más fuertes es que las ideas se deben poner el mercado lo más rápido posible, inclusive antes de estar terminadas. Se deben probar conceptos y dejar que los clientes decidan. Si falla, cambiar, o, como dice él, pivotear, con velocidad hacia otra idea que puede o no estar en el mismo espacio problema/solución. De este concepto surge la idea del MVP (Minimum Viable Product).
MVP es el producto que tiene un nivel de construcción que permite validar la hipótesis de negocio pero está lejos de tener todas las funcionalidades. Ries dice que si el MVP no te da vergüenza, estás haciendo algo mal. Este producto sirve sólo para continuar o eliminar la idea principal. Si bien el concepto no aplica para el resto del mundo conocido, en Silicon Valley, tener un producto con el estado de avance propuesto aseguraría unos cuantos de cientos de miles de dólares de Venture Capitals (VCs) para seguir el desarrollo. Para el resto del mundo, serviría como para venderlo a bajo costo a un primer cliente y esperar el feedback.

Pero, antes de comenzar con el MVP, para reducir aún más la incertidumbre de la hipótesis, su propuesta es comentar la “gran idea” a la mayor cantidad de gente posible y medir el nivel de interés que se genera. Si menos de un 30% no se interesa por el producto, no vale la pena probar. Descartar la idea y pivotear es la solución. Esto va contra el temor del emprendedor que cree que tiene la idea del billón de dólares (millón ya no se usa más porque es poco) y que todos la van a querer robar. La realidad es que los VCs escuchan ideas repetidas todo el tiempo y nadie le roba a nadie, la originalidad de la idea no asegura el éxito. Cómo plantees el problema sí.

Una vez superada la prueba del 30%, hay que ir por el MVP. El liberar rápido el producto al mercado permite reducir al mínimo el nivel de incertidumbre y, por lo tanto, reducir el riesgo en el capital que se invierte. Toda la información que se pueda obtener en el campo, hay que obtenerla. No vale la pena realizar progresiones o extrapolaciones basadas en históricos. La tecnología cambia rápido por lo que la previsibilidad baja fuertemente. Si se tiene una duda sobre el producto, hay que ir al mercado a probarlo.

Una vez puesto el producto en un cliente (recordar que es un producto atado con alambre), es fundamental realizar el seguimiento del mismo. Acá viene otro de los puntos controversiales de Ries: si el cliente no te insulta, estás haciendo algo mal. Lo peor que puede pasar es que la gente sea indiferente. Si te insultan porque no funciona, quiere decir que imagina que cuando funcione le va a solucionar algún problema de su negocio y, por lo tanto, la hipótesis es valida.

Así que, ahora que saben el secreto, piensen muchas ideas, fallen rápido, preparen sus oídos para los insultos de los clientes y sean exitosos.

viernes, 20 de julio de 2012


Dos gotas de Carl Sagan y una de Fabio Zerpa.

"Somewhere, something incredible is waiting to be known." Carl Sagan
Creer que en un universo infinito somos la única raza inteligente es, por lo menos, prepotente. En el universo visible para nosotros podemos encontrar 10^22, de las cuales el 8% tienen planetas orbitando. Eso es un poco menos de 10^21 estrellas con planetas (1 seguido de 21 ceros). Lo que hace que la cantidad de planetas en la Vía Láctea se estimen en el trillón. De ese trillón, siendo pesimista, un par de cientos de millones son compatibles con la Tierra en tipo de atmósfera y contenido de agua.

Si nuestro origen se encuentra en el azar, con digamos una probabilidad de 10^-50 (cincuenta ceros decimales), dada la infinidad del universo debería haber también infinitas formas de vida poblándolo. El problema es que, de nuevo por su infinidad, la distancia entre estas formas de vida pude ser tan lejana como imaginemos. En otras palabras, matemáticamente hablando, la probabilidad de que exista vida, más allá del Planeta Tierra, de cualquier tipo en el universo es 1, o sea, certeza absoluta. El problema es la distancia que las separa.


Ahora, usando la misma matemática, seguro que dentro de esos tipos de vida que existen hay seres con tecnologías más avanzadas que la nuestra. Sería ilógico pensar que nosotros somos los primeros y más avanzados en un universo infinito poblado por infinitas formas de vida.

Matemáticamente debería existir vida más allá de la tierra, queda preguntarse por qué no sabemos de ella, por qué nunca nos han visitado. En este punto dos escenarios son posibles. Uno es que sí nos hayan visitado y no lo sepamos, salvo Fabio Zerpa, claro. Otra es que las leyes de la física que rigen el universo pongan un límite insuperable a la velocidad de la luz y, dada la distancia que existe entre las formas de vida inteligente nunca nos lleguemos a encontrar.

Hoy los esfuerzos para buscar/encontrar vida extra terrestre están direccionados en dos campos complementarios. Uno busca vida estúpida (Seth Shostak dixit), mientras los otros se focalizan en vida inteligente. La vida estúpida se refiere a encontrar formas de vida cerca de la Tierra, donde pueden encontrarse bacterias o cosas por el estilo. Dos ejemplos de esto es la existencia de metano en Marte, que da una idea de vida bacteriana, o la detección de lagos en Titán, que abren el juego para investigar qué está pasando dentro de esos espejos de agua.

Ahora, la búsqueda de vida inteligente es un poco más interesante pero, obviamente, mucho más incierta. Los proyectos de SETI (Search for ExtraTerristrial Intelligence) se centran en buscar señales de banda angosta. Puntos del espectro electromagnético donde se concentra gran cantidad de energía. Si se encuentra un punto de este tipo, se puede decir que alguien (o algo) está transmitiendo, sino es ruido blanco. Para esto hay unas cuantas (42 por ahora) antenas especiales escuchando y procesando toneladas de información. Por ahora no encontraron anda. El espacio de búsqueda es gigantesco y la cantidad de información es grande inclusive para la tecnología que tenemos hoy en día.

Hoy los proyectos SETI están explorando unas 1.000 estrellas en paralelo pero el análisis se torna exponencial. Es probable que en los próximos dos o tres años sean más de 10.000 y así sigan aumentando rápidamente. (si quieren aportar su granito de arena, recomiendo unirse a SETI@home)

Los expertos en el área que creen que un día van a encontrar algo, nunca dicen una fecha cierta sobre cuándo ocurrirá el primer contacto. En algunas de las charlas de Singularity University dejan entrever que, si es que es posible esta comunicación, pasará dentro de los próximos 30 años, especulando con el avance de la tecnología que permitirá barrer más rápido las bandas posibles y procesar la información recibida. Y, basándose en las matemáticas del principio, estiman que la comunicación es probable que se realizada desde un sistema avanzado de comunicaciones (una computadora) y no desde una radio. Además agregan que, con alta probabilidad, la señal que recibamos sea análoga a la que estamos buscando. Es decir que sea una señal de ellos buscando vida en nuestro planeta.

Sacando del medio las matemáticas y las probabilidades, se podría decir entonces que estamos cerca de encontrar vida estúpida extraplenetaria pero falta un salto en la ciencia para poder pensar en vida inteligente.

Si somos una singularidad inteligente en todo el universo, somos realmente un milagro.

Apéndice conspiranóico ¿Y qué pasó con Fabio Zerpa?

Una de las mejores charlas que presencié hasta el momento fue la de Seth Shostak, uno de los más reconocidos investigadores de SETI. Dedicó el principio de su charla a reírse un poco de las teorías del ocultismo ET. Alguna de sus observaciones al respecto:
  • “Suena un poco raro que una civilización avanzada viaje miles de años luz con una tecnología de punta y en los últimos 50 kilómetros cometa un error y se estrelle al aterrizar”, hablando sobre Roswell. Fernando Bravo estaría decepcionado al leer esto.
  • “Me llama la atención que las figuras en los campos en Inglaterra aparezcan durante la noche y con mayor frecuencia los fines de semana. Parece que a los ET usan su tiempo libre entre semana para divertirse dibujando en campos de maíz en la Tierra”, sobre las figuras circulares en los campos.
  • “Creo poco probable que el mismo gobierno que maneja el servicio postal sea capaz de esconder durante años la presencia extraterrestre. Y, si es posible, me preguntaría por qué los ET vienen sólo a USA, o los gobiernos de Bolivia, México, Angola o Indonesia también esconden ETs cuando llegan a sus países?”, sobre la teoría que el gobierno esconde la presencia ET.

miércoles, 18 de julio de 2012


Business model de las redes sociales

Los avances disruptivos son los que logran convertir algo caro y escaso en algo abundante y barato. En la vieja Web 1.0 la gente (usuarios) eran cara y escasa, hasta que llegaron las redes sociales y explotaron los vínculos entre las personas y se revirtió la situación.
Acaparar gente ahora es posible, y hacerlo no cuesta dinero en términos reales. Una plataforma 2.0 puede ser hasta gratuita y el costo de ponerla online es cero. El único detalle es que hay que crear el producto que no es más que una idea.

¿Cómo hacerlo? Primero hay que comprender que los humanos estamos programados para preocuparnos por otros humanos. Queremos saber dónde están, con quién están, quiénes son sus amigos y cuáles son sus relaciones. Las redes sociales exitosas explotan esta necesidad desde distintos puntos de vista, trabajo (linkedin), amistades (facebook), fotos (instangram), etc. Nada tiene que ver la tecnología con esto, por eso la tecnología en sí es gratis.

Según Adam Nash (ex VP de Linkedin), la semilla del éxito de la Web 2.0 no es la plataforma, son las identidades, las relaciones y las actividades. Las identidades son las personas en sí, responden a qué faceta de la persona queremos explotar. Las relaciones responden a qué tipo de unión existe entre las personas de la red social. Y las actividades se refieren a lo que las personas quieren compartir en esa red. Este flujo debe retroalmientarse de modo que una persona (identidad) publique información de interés (actividad) para un tercero e incentive a ese tercero a asociarse a la red social a través de un vínculo (relación) con el primero. A través de este sencillo modelo la tecnología se vuelve rápidamente exponencial, logrando que un usuario arrastre a otros y esos otros a otros y así sucesivamente.

Aplicando esta plantilla a varias redes sociales veremos que funcionan así. Y gracias a la alta penetración de la Web 2.0 a través de celulares, el loop se aceleró aún más. Por ejemplo, Linkedin estuvo online 16 meses antes de alcanzar el primer millón de usuarios, Instagram estuvo online sólo 10 semanas.

Malas noticias para los tecnólogos, buenas noticias para los sociólogos. Los que entiendan de qué parte de la vida las personas necesitan alardear serán los que tengan del próximo facebook.  

domingo, 15 de julio de 2012


Del arte de curar a la medicina como ciencia

El arte de la medicina dejó de ser un arte. La tecnología de la salud no sufrió grandes cambios en el siglo pasado, en los últimos 20 años se invirtió el 80% del dinero invertido en los anteriores 100. Esto augura un futuro exponencial para el viejo arte de curar.
Los primeros avances que indican que estamos en el “codo de la curva”* pueden verse por dos frentes: el secuenciamiento del genoma humano y la penetración de la tecnología informática en todos los pasos del proceso médico. Estos dos hechos están cambiando de manera disruptiva la visión de la salud tal como la conocemos.

Si dividimos el proceso médico en pasos sucesivos, podríamos decir que primero se detecta el problema, vía una consulta o algún otro método, luego se hace el diagnóstico y se sigue con el tratamiento y el seguimiento hasta lograr la cura.

La tecnología en la detección del problema cumple un rol primario. Gracias a la alta dispersión de la tecnología celular, ya hay aplicaciones en el mercado que permiten consultas y asistencia remota para personas que no tienen acceso directo a los médicos. Estos sistemas están abriendo paso a la llamada telemedicina que, explotando sistemas multimedia, facilita a los médicos atender consultas remotas con medios gráficos o sensores. Estos sistemas están siendo probados en África y la India, aunque se espera que lleguen a todo el mundo y así poder consultar a expertos en cada tipo de enfermedad sea donde fuere.

Siguiendo con el proceso médico, para el diagnóstico se pueden ver dos grandes avances: el análisis genético y las herramientas de medición y diagnóstico. El análisis genético logra de manera rápida detectar anomalías en la secuencia sana pudiendo ver rápidamente una lista importante de enfermedades. Los análisis genéticos son cada vez más rápidos y económicos, utilizando crowdsourcing (colaboración) para decodificar e interpretar secuencias genéticas.
Por otro lado, en los últimos 2 años comenzó una avalancha de aplicaciones y extensiones para teléfonos celulares (Android y iPhone mayormente) que transforman los smartphones en un estetoscopio, en un medidor de glucosa, en un medidor de presión, en un equipo de RX o en cualquier otro elemento que facilita el medición de parámetros vitales.
Además, las herramientas de diagnóstico conocidas toman otras formas y mejoran su rendimiento, permitiendo hacer escaneos 3D de cualquier órgano o a través de la iPills que incorporan nanotecnología en pastillas que filman el interior del cuerpo. A estas tecnologías se le suma una gran cantidad de sensores de uso personal orientadas a realizar seguimiento de la actividad corporal (quantified-self), llevando un recuento de horas de sueño, calidad de actividad, tiempo de reposo, etc. Sumando estas dos tecnologías, y procesando la información de manera inteligente se logra una herramienta de valor agregado que permite al profesional médico lograr un rápido diagnóstico.

Una vez detectado el problema hay que curarlo. Pero, como dicen un conocido médico “no existen las enfermedades, existen los enfermos”, la tendencia es la medicina personalizada. En el futuro no muy lejano (de hecho ya existen para casos puntuales), los medicamentos serán a medida acordes a las formas genómicas de los individuos, optimizando la efectividad de los mismos. Otra tendencia en la industria farmacéutica son los medicamentos que vienen asociados con una aplicación celular que optimiza su uso chequeando los parámetros de quién toma la medicina.
Por otro lado, si hay que operar, la tecnología también se está encargado de eso. Un ejemplo de esto es Da Vinci un robot que facilita realizar cirugías de modo preciso y menos invasivo. Esta tecnología se está probando también para realizar operaciones remotas, donde el paciente y el médico están físicamente distantes, unidos sólo través de redes información de alta confiabilidad.

Estos avances son sólo una muestra de lo que viene en el ámbito de la salud, que sustentan la teoría del británico Aubrey de Grey quien postula que en el futuro vamos a vivir tanto como queramos. Para que esto suceda, sin embargo, se requerirá un cambio radical en la manera en que se estudia medicina hoy en día. La universidad de medicina de Singapur está haciendo punta, incorporando tecnología como parte de la formación médica, incluyendo temáticas de manejo de grandes volúmenes de dato, explotación de información, inteligencia artificial y sensores, que serán fundamentales para el futuro.

En el futuro la medicina irá perdiendo lo artístico para volcarse a lo científico.